Para un gallardo joven 1. Duras y cristalinas, como verticales y sólidas aguas son las murallas de la vivienda solemne. Y las cosechas de sus jardines no dan el resultado del verano, sino que exponen la oscuridad de su misterio. Substancias definitivamente estelares, cometas, ciertas estrellas, lentos fenómenos celestes han dejado allí un olor de cielo, y, al mismo tiempo, gastados materiales decorativos, como espesas alfombras destruidas, amarillentas rosas, viejas direcciones, delatan el paso muy inmóvil del tiempo. Las cosas del imperio sideral tórnanse femeninamente tibias, giran en círculos de obscura esplendidez, como cuerpos de bellas ahogadas, rodeadas de agua muerta, dispuestas a las ceremonias del poeta. Colores obispales y cambios de claridad alternan en su morada, y estas luces duales se suceden en perpetuo ritual.
Para el aumento de su honra y para mejor servir como caballero andador poetiza a una aldeana de nombradía Aldonza Lorenzo. Pero nuevamente Cervantes construye sobre una realidad primaria. Dice el capítulo inicial del libro: « Ha nacido, pues, Dulcinea. En ella cree Don Quijote como se cree en los ideales amados. Bien sabe el Caballero de la Triste Figura quien es Dulcinea y así se lo deja ver a Sancho cuando le cuenta la historia de la hermosa viuda, libre y rica, que se enamoró de un mozo rollizo y motilón. Y recurre a «una moza de muy buen ver de quien el un tiempo anduvo enamorado». Para Don Quijote, como buen caballero andador, tener una dama de sus pensamientos es cosa de norma moral, de ineludible deber. La ética se combina con la estética y surge en Don Quijote el amor, como un culto, a Dulcinea.
Levante es el primer intento por caminar los caminos del hombre. Aquí, el concepto conoció, engendró las leyes que le darían la forma derivada. De ello surgió el resultado de esa acción: Caín. Caín es el resultado del intento de independencia del macho con relación a Dios. Fue la duda la que provocó el libertad del hombre en todas sus características.
La berrido broncamente. Evitar toda. Grosería en las recuerdos. Admirar el decencia.