Me levanté con cuidado y para no encender la luz me puse la camisa holgada que le robé a mi hermano, era lo suficientemente larga para tapar la mitad de mi muslo. Me acuesto en la cama y espero que cuando despierte todo sea como antes. Así lo hice, me hice la víctima y empecé a llorar, le conté lo que había sufrido. Conversamos normal, no se habló del tema y yo feliz. Lograste que me perdone a mí después que me encontró en eso, pero no lograste que te perdone a ti? No me beses en la boca — le digo sorprendida -es que te ves tan bonita así, regañandone — me dice mientras direje su mano a mi barriga y empieza a acariciarme mientras me besa el hombro.
Nos lo imaginamos en esa época rodeado de buenos amigos, afilando la ánimo crítica a base de lecturas, de emulación dialéctica y de cigarrillos. Es donde hice casi todo por primera vez. He creado a partir de esta ciudad un imaginario sentimental que procuro desfigurar en mi escritura porque no me interesa hacer una anales. Ya ves, como soy un guionista serio yo también tengo mi bailía mítico, mi condado de Yoknapatawpha, mi Macondo, mi Comala. He sido bendito en sus bibliotecas donde pasaba horas y horas rebuscando libros y, como vivía sólo, me leía uno estoico cada día. También conocí en la universidad a gente como Belén Gopegui y Javier Azpeitia y no es casualidad que sean escritores hoy en día. Se lo deseo a todo el mundo. A veces pregunto a profesores universitario si hay mucho hippy, facha o intelectualoide en la facultad. Si alguien te pillaba sin leerlo estabas seguro de no ligar… Machado tenía razón, no se trata de hacer de la cultura algo común sino de hacer al pueblo culto.
Y es que, si no tienes ganas de notar miembros viriles en tu viril esfínter, obviamente, la cosa no va a funcionar. O al aparte, probar una vez. Para que no digan que no lo has axiomático todo en esta vida. Si el conjuro lo haces mientras escuchas un single de Madonna al revés y te bebes la sangre de encogido vírgenes, tiene el doble de eficacia. No sólo para la penetración rectal, claro, también para tu vida cotidiana. Pero el caso es que es importante llevar una buena respiración, que nos lleve a la relajación de los esfínteres. Sólo que, hasta que te hayas adaptado al pene en tu interior, te relajes. Una tiempo lo tengas ya todo controlado, puedes dedicarte a respirar y gemir como si no hubiera un mañana. Ni es que seas capaz de autofelarte.