Lo que buscan las jóvenes multimillonarias en el amor y en el sexo A. López 'El Confidencial' se ha puesto en contacto con varias personas de entre 25 y 50 años para saber si se han sorprendido alguna vez o han percibido alguna cosa extraña cuando han estado una temporada conociendo a diferentes hombres y mujeres. La sociedad de la tecnología A lo largo de los años la forma en que conocemos a otras personas ha cambiado indiscutiblemente. Gracias a la era de internet el abanico de posibilidades creció a un ritmo vertiginoso y las redes sociales hicieron su estelar aparición.
Tengo 33 años, estoy soltera desde hace dos años y me apetece eficacia construir un proyecto con alguien. El problema es que cuando tengo una primera cita y no me acaba de gustar la persona, en tiempo de saber decir que no me apetece seguir, acepto una segunda oferta, un beso, un alargar la alusión, etcétera. Le agradeceré su ayuda. Lo piensas porque las conversaciones previas así lo indican, y tienes ganas de que salga algo bonito de ese encuentro. Pero va pasando el rato y te das cuenta que no se despierta ese interés, que te gustaría sentirte diferente. Te va proponiendo ir a sitios distintos después de la primera hora tomando algo, y sabes que no te interesa empero aceptas la invitación de seguir la cita. Te propone otra cita y no le dices que no sientes lo mismo; te vuelve a dar un beso y lo aceptas otra vez. Si tu respuesta es un sí te animo a que sigas leyendo el artículo.
Lo recuerdo bien. Las vivía como poco muy incómodo. Una sala enorme con mesas altas con comida mientras grupos de tres o cuatro personas que ya se conocían charlaban en corrillo. Tener 22 años y estar rodeado de hombres desconocidos vestidos con golilla y expresión seria puede ser intimidante. Por fortuna he aprendido mucho. Todo era un juego y si poco te ponía nervioso solías interpretarlo como emoción, no como miedo. Probablemente no te costaba nada acercarte a la casa del nuevo vecino a reconocer si podías entrar a conocer a su hijo. Algunas de las mejores amistades de mi vida las hice así.
Solemos proyectar todo lo que buscamos en alguien que nos atrae. Hace unas décadas hubiéramos llegado incluso al boda sin conocer de verdad a esa persona. Sin embargo, eso ya se ve poco porque actualmente tenemos la oportunidad de conocer a alguien de verdad o casi antes de meternos en semejante compromiso. Por lo baza si quieres saber si realmente te gusta alguien que no conoces, tengo que decirte que no lo puedes saber de verdad hasta que lo conozcas. Puede que al final sea distinta pero que te guste también o puede que todo lo que creías sentir se esfume de un plumazo. Esto puede llevarte a error. Si una vez descartado lo frontal, sigues pensando que te gusta, que te atrae, que te gustaría empezar una relación con esa persona, probablemente, estés en lo cierto.
