Cuando él decidió terminar su columna con una frase provocativa y sexual, no se imaginó que por esos dos renglones perdería su trabajo. Él, el periodista, defiende el piropo. Ella, una activista, defiende el derecho a vivir sin acoso callejero. Pero esa no fue la causa del problema. El lío se armó debido a la manera en la que él decidió rematar un artículo sobre ella y sus actividades. Ella -Inti María Tidball-Binz, representante en Argentina de la organización internacional Hollaback - se indignó y con el respaldo de esa alianza de mujeres de Norteamerica, Europa y América Latina lo denunció. También exigieron una disculpa, pero la que ofreció él -Juan Terranova- no les pareció sincera. Así que reclamaron que la revista lo despidiera, cosa que ocurrió.
