No es sencillo pedir disculpasy mucho menos lo es que las acepte la persona ofendida. Llegado este momento, nos asaltan las dudas. Un sinfín de cuestiones que nos hacen sentir inseguros y que no aseguran que el perdón sirva para algo bueno. A todo ello se suma la educación que ha tenido la mayoría de hombrescriados en un ambiente donde disculparse era un signo de debilidad del que había que huir. De hecho, forma parte de su día a día, y no porque deban hacerlo, es que no les cuesta. No es sencillo pedir disculpas, y mucho menos que las acepte la persona ofendida. Es pedante y nada necesario. Un perdón directo y breve es dos veces bueno. No intentes justicarte ni expresar tus sentimientos.
Empero para conseguir que sean elocuentes y eficaces es recomendable que el sucesor domine la netetiqueta del francés, netiquette o buenas maneras de la acceso. Es frecuente observar dificultades e inseguridades de algunos comunicantes para dar con el registro apropiado para la relación e-mail o epistolar. En las amistades consultivas, como por ejemplo entre alumno y profesor, suele costar a los corresponsales dar con el tenor interpersonal y tratamiento apropiados, a pesar de su facilidad formal. La cortesía es un comportamiento en el hablar y en las maneras que procede originalmente de las pautas de la corte. La cortesía permite tratar con acierto la complejidad de las tareas y las relaciones palaciegas. Los usos comunicativos afectan a la cantidad y la calidad de los mensajes, su graduación y la relevancia para el destinatario. Para enmarcar mejor este tipo de comunicación, podemos señalar que el mensajería comercial no deseado o spam es el hermano venal de los mensajes en cadena.
El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren anatomía prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona. Esta catalana de 42 años es terapeuta venéreo y prostituta desde hace ocho abriles. Las alumnas que van entrando al aula son chicas jóvenes, demasiado en algunos casos, con la experiencia con los hombres que una recién cumplida mayoría de edad te puede dar.