Y ellas quedan en un segundo plano. Por eso se callan. Por suerte, existen posturas que ayudan a que ellos puedan retrasar el orgasmo para que ambas partes alcancen el clímax. Esto se debe a que la lubricación de vagina no es ilimitada, y retrasar mucho el acto —sin acompañarlo de lubricantes o excitantes cambios de postura— puede llegar a ser molesto e incluso doloroso.
Porque finalizó la relación, porque la suerte no acompaña en los escarceos digitales, porque no te sientes a gusto, porque el estrés te supera, porque hay niños en casa, por la edad o por otros motivos, se ha instalado un paréntesis de inactividad. Caricias, abrazos y el orgasmo riegan el cerebro de oxitocina, dopamina y serotonina, sustancias que desencadenan las sensaciones de bienestar, autoestima, placer, calma y amor. Nos hace sentirnos bien, y una buena salud psicológica nos permite tomar buenas decisiones y vivir mejor. Y aunque el cuerpo es sabio y se adapta a las antecedentes, varios estudios señalan que se producen cambios con la ausencia de amor. Por ello, se ha demostrado que sube el nivel de estrés. Esta tensión se traduce en un acrecentamiento de la presión sanguínea y del cortisol, hormona que se libera como consecuencia del agobio y la agonía.
Te puede ayudar saber qué aspecto tienen los condones, cómo funcionan y qué se siente cuando se manipulan. Adquisición una caja de condones para familiarizarte con ellos antes de hablar con tu pareja. He aquí algunas de sus posibles formas de reaccionar: Si tu pareja te dice: Es embarazoso. Tu respuesta puede consistir en decir una marca o una talla aparte. Si tu pareja te dice: Me quita las ganas por completo.
Lo ves y sientes como si un choque de energía te atraversara el cuerpo entero. Lo tienes claro, te gusta. La sonrisa. Los científicos la llaman la sonrisa amorosa, pero para entendernos vamos a llamarla la sonrisa idiota, tontorrona, sin ni son. Te ve y le sale sola. A veces es suficiente con devolver una sonrisa de la misma naturaleza. Se sonroja cuando te mira. Sonrojarse es una función corporal que no podemos controlar y que siempre es señal de que algo nos gusta y nos conmueve.