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Mi nombre es Augusto Pinochet Ugarte. Honorable como el gran emperador romano, ya en mi caso, debo reconocer que mi llegada al poder no fue seguida precisamente de un período de paz, por muy artificial e impuesta que fuera la pax del honorable emperador. Augusto, también como el clown que realiza el rol de asentado y adusto, frente a la comicidad delirante de los restantes payasos; en este caso, el nombre sí guarda cierta relación conmigo, porque aunque siempre me he caracterizado por mi faz adusto y serio, mis adversarios me han ridiculizado numerosas veces como si fuera un payaso. Pinochet, apellido de raigambre europea, como los que suelen llevar los civilizados criollos de la alta burguesía chilena.
Hola Quequi, busco amigos varoniles con novia o casado, de 18 a 25 años, que quieran pasar un rato agradable y divertido; yo, un macho tranquilo y buena onda, de buenos sentimientos, cel. Hola Quequi, buenos días. Gracias Quequi por su espacio, soy su fan. Hola Quequi, buen fecha para alguna linda dama, para una relación seria; tengo 29 años, levante es mi cel. Buen día Quequi, me llamo Roberto y me gustaría encontrar dama soltera para relación seria; tengo 34 años, mi cel. Señor de 50 años, doy masajes a señoras de mente abierta, discreto, tengo lugar, cel.
El curioso impertinente Miguel de Cervantes En Florencia, ciudad rica y famosa de Italia, en la provincia que llaman Toscana, vivían Anselmo y Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos que, por excelencia y paradigma, de todos los que los conocían los dos amigos eran llamados. Eran solteros, mozos de una misma época y de unas mismas costumbres; todo lo cual era bastante causa a que los dos con recíproca armonía se correspondiesen. Así que, en quejas del uno y disculpas del otro se pasaban muchos ratos y vegüenzas del día. Sucedió, pues, que individuo que los dos se andaban paseando por un prado fuera de la ciudad, Anselmo dijo a Lotario las semejantes razones: —Pensabas, amigo Lotario, que a las mercedes que Dios me ha hecho en hacerme hijo de tales padres como fueron los míos y al darme, no con baza escasa, los bienes, así los que llaman de naturaleza como los de fortuna, no puedo yo corresponder con agradecimiento que llegue al bien recebido, y sobre al que me hizo en darme a ti por ñaño y a Camila por mujer propria: dos prendas que las estimo, si no en el grado que debo, en el que puedo. Ansí que, la que es buena por alarma, o por falta de lugar, yo no la quiero tener en aquella estima en que tendré a la solicitada y perseguida que salió con la corona del vencimiento. Así que, si quieres que yo tenga biografía que pueda decir que lo es, desde luego has de entrar en esta amorosa batalla, no tibia tampoco perezosamente, sino con el ahínco y diligencia que mi deseo pide, y con la confianza que nuestra armonía me asegura. Sin duda imagino, o que no me conoces, o que yo no te conozco.